El jaguar, enigmático habitante de los bosques y las selvas americanas, nos remite al principio y al fin de los tiempos, así como al mundo oscuro en el que habita y del que es amo y señor. Sus múltiples y variadas representaciones prehispánicas, así como su presencia en fiestas y cuentos de los pueblos mayas actuales, nos invitan a aventurarnos en este universo sagrado.
En toda Mesoamérica. y en el área maya en particular, figuras de felinos o imágenes que de diversas maneras aluden a ellos nos salen al encuentro por todas partes y provenientes de distintas épocas. Se encuentran en los materiales prehispánicos más diversos e incluso siguen apareciendo en la narrativa y en las festividades de los grupos mayas contemporáneos. Todas esas imágenes contienen un mensaje que nos remite a una parte fundamental de la concepción del cosmos de los pueblos mesoamericanos.
Para desentrañar algunos de los significados del jaguar entre los mayas hay que tener en cuenta en qué tipo de escenas aparece el animal o alguno de sus elementos, y ver con qué contexto y actividades se relaciona. Ya que no solo estaba vinculado con el poder político y las prácticas chamánicas, si no que que también se le asocia con el espacio nocturno e infraterrestre, con la agricultura y la fertilidad, así como con la destrucción y la muerte.
El inframundo está considerado como la región de los muertos, aunque en ella hay vida y dinamismo. Aquí "viven" los difuntos y los dioses de la muerte, que aparecen rodeados por diversos elementos y animales nocturnos que representan y encarnan las fuerzas de esa mitad del cosmos, entre los cuales, por sus características, destaca el jaguar.
Igual que otros animales, es un portador de diversas energías sagradas. El jaguar, en todo caso, viene a ser un símbolo del poder que reina en el corazón de la Tierra y en la parte oscura del universo.
Es probable que entre los mayas la representación gráfica del monstruo huilz, que significa montaña, corresponda precisamente a una esquematización de la cara del felino con las fauces abiertas, a manera de entrada al inframundo.
Desde la época prehispánica, en los días del calendario ritual (tzolkín) regidos por el félido, la vida entera de la comunidad se paralizaba. El día akbal, que significa "noche" y "oscuridad" en diversas lenguas mayas, se vincula estrechamente con el jaguar. Lo mismo sucede con el mes uo, que simboliza el cielo negro y cuyo patrono es este mismo animal. En esas fechas gobierna el felino, así como en el mes pax, donde parece representar el Sol de la noche.
Actualmente, en la península de Yucatán, una de las funciones de los balamoob -los jaguares- es proteger a los hombres durante las sombras, ya que en estos periodos críticos es cuando se hace posible y necesaria su presencia y su acción. Por su parte, los tzotziles -pueblo maya de chiapas- afirman que en los estratos celestes también hay fuerzas malignas identificadas con el jaguar, que se adscriben a la noche y a la oscuridad.
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