La belleza natural de Quintana Roo reside en la historia y cultura maya y en sus joyas arqueológicas que han perdurado por siempre. Su nombre hace honor al poeta y abogado mexicano, Andrés Quintana Roo, quien se unió a la insurgencia por la independencia de la corona española.
La primera capital edificada en Quintana Roo fue Tulum. Tulum perdura en la costa oriental mexicana, siendo delimitados y resguardados sus edificios mayas, por una enorme muralla con cuatro puertas y dos torres de vigilancia. En el centro del resguardo, podrá ver El Castillo, el Templo de Dios Descendente, el Templo de los Frescos, la Casa de las Columnas, la Casa de Halach Unik y la Casa del Cenote.
En segundo lugar, Quintana Roo permanece demostrando el desarrollo maya con Dzinbanché y Kinichná. Desarrolladas entre los años 200 y 800 d.C. En la primera destaca su Templo de los Dinteles donde fueron hallados cuerpos ornamentados, así como el Templo de los Cautivos donde aún hoy día permanecen testimonios silentes de sus habitantes prisioneros. Por su parte, Kinichná fue descubierta por el expedicionario inglés, Thomas Gann. En ella, el turismo se ve atraído por la acrópolis de tres pisos subdividida en varios centros ceremoniales.
Kohunlich. Se estima que fue una de las primeras ciudades al formarse en el año 200 d.C. Su elaborado sistema de drenajes que resguardan las calzadas y edificios mayas, llena de esplendor esta urbe mesoamericana.En ella, además puede encontrarse uno de los templos más visitados en Quintana Roo: El Templo de los Mascarones.
De hecho, el gobierno mexicano ya se ha predispuesto en la mejora de transporte, estadía y guiatura hacia las zonas álgidas de Quintana Roo.
Por sus cristalinas costas, su fauna, y su flora, sus milenarios yacimientos que demuestran el logro de la civilización maya, hacen de Quintana Roo un lugar necesario a visitar alguna vez en la vida. En ella comprenderá sobre el pasado, disfrutará de mejor forma el presente, y sin duda, comprenderá cuán necesaria es la preservación de las áreas naturales.