En el equinoccio tiene lugar un espectáculo único en uno de los lugares más especiales del planeta. En la pirámide de Kukulcán, en las ruinas mayas de Chichén Itzá (México) se produce un juego de luces y sombras en el que parece que la serpiente emplumada de los mayas desciende sinuosa desde la cima de la pirámide.
Así que, si tienes la suerte de viajar al país azteca en el equinoccio de primavera, Chichén Itzá te ofrece un espectáculo único; coge sitio y disfruta con las leyendas mayas que existen sobre el descenso de la serpiente.
Sucede durante unas horas, el 20 o 21 de marzo y el 22 o 23 de septiembre, es decir, en los equinoccios, cuando el día tiene prácticamente la misma duración que la noche en todos los lugares del mundo.
Este suceso que puede apreciarse en Chichén Itzá parece no ser casual y es que se ha apuntado en muchas ocasiones que la pirámide de Kukulcán actúa como un inmenso calendario maya de 24 metros. No en vano, la escalinata que conduce al templo Kukulcán, en la parte superior de la pirámide, cuenta con 365 escalones, uno por cada día del año.
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