Hace algunos años en el pueblo de Cansahcab a unos días de llegar noviembre, un pintor muy conocido en el municipio se encontraba en el cementerio dando los últimos retoques a las tumbas. Ya que muchos familiares de los difuntos lo habían contratado para pintar y dejarlas bonitas para las celebraciones de Hanal Pixan.
Ya había estado varias jornadas trabajando tranquilamente hasta que un día cuando el reloj marcaba las 12 del medio día empezó a sentir un aire fresco que pasaba lentamente resaltando entre el peculiar calor solar de esa hora.
Continuó con su labor para poder aprovechar la mayor parte de la luz del día pero de repente fue interrumpido al escuchar el sonido ascendente de unos pies muy pequeños descalzos corriendo, los cuales eran de una niña que llegó en busca de agua. Aquel pintor inocentemente le dio de beber de su botella por lo cual ella inmediatamente dio las gracias, se dio la vuelta y se metió entre los nichos pareciendo como si regresara con alguien.
Asombrado por el físico y la ropa antigua con la que vestía aquella extraña niña, él decidió ir a averiguar a dónde se había ido.
Extraña fue la sensación que sintió al darse cuenta que se encontraba solo en el camposanto y grande fue la sorpresa que se llevó al llegar al lugar donde vio a la niña desaparecer, ya que se encontró con una estatua de un ángel que era idéntica a ella.
Algo caliente empezó a invadir su cuerpo y un miedo muy extraño empezó a apoderarse de su tranquilidad, situación que lo obligó a no permanecer más en el lugar y prefirió retirarse dando el trabajo como terminando.
A causa del enorme susto tuvo consecuencias con su salud y decidió no aceptar más ese tipo de trabajos.
Los días pasaron y el recuerdo de aquella vivencia puso en duda todas sus creencias referente a los espíritus, pues lo que vio le hizo aceptar que todo eso realmente existe. Estás son las historias de las visitas de los Santos Difuntos en el Caribe Mexicano. Conoce más sobre todas las tradiciones en el Viaje del Pirata.
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