La mujer era generadora de vida, proporcionaba los alimentos, mantenía la relación afectiva de la familia, se encargaba de las tareas domésticas. Desde su nacimiento estaba destinada a sostener la vida, a aprender a mantener complacidos tanto a su familia, la sociedad y los dioses.
En la cultura maya, las mujeres jugaron un papel importante dentro de la sociedad en todos los ámbitos de la vida política, social y religiosa. Eran fundamentales para dar el equilibrio necesario en la vida. Se ocupaban espacios distintos que no implicaban inferioridad o superioridad. No se ve un antagonismo entre lo femenino y lo masculino, no hay una lucha de ambos sexos, que se desarrollan separados para unirse en el cumplimiento del destino de la generación y el equilibrio del mundo y su cosmos.
Su formación se encontraba bajo el seno familiar especialmente la de sus padres. Las niñas al igual que los niños a partir de los tres años empezaban a desarrollar sus actividad dentro de la casa ayudando a la madre con los labores domésticas.
Su papel como madre era sumamente importante desde que tenía hijos. La mujer maya era cuidada y asistida por las mujeres de la familia y asistida en el parto. En su función de cuidar de los hijos era ayudada por su madre, suegra o demás familiares femeninos.
La mujer tuvo posiciones elevadas en la sociedad y algunos casos fueron gobernantes como la reina roja de Palenque y Seis Cielo en el Naranjo Guatemala, así como en las representaciones de las deidades femeninas de importancia en el panteón maya.
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